De todas las áreas de trabajo del Gremio era sabido que los exploradores eran los que tenían la expectativa de vida más corta. En general aquellos que portaban con orgullo el título eran huérfanos ansiosos por crearse fama rápido o viejos cazadores que ya habían visto demasiado y ya no tenían nada que perder. Y también estaba Sander. Él se diferenciaba de los otros exploradores en que él si tenía una familia y si tenía expectativas al futuro. Pero también a diferencia de los otros él era algo más que un simple humano. Sus habilidades de cambiaformas le daban no solo más fuerza y mejores instintos ante el peligro, sino que le permitían también recorrer las Tierras Salvajes con bastante más facilidad que otros, oliendo, escuchando y anticipándose a las trampas naturales de la zona que serían mortales para humanos normales. Así que no dudó ni un momento en aceptar la misión de exploración que llevaba días colgada en el tablón de la sede del Gremio y que los otros habían estado